Cuando un cliente nos pide un proyecto para acceder a los consumidores tenemos que trazar un plan de marketing innovador, personalizado y eficaz para lograr que su producto sea competitivo. La mejor forma de conseguirlo es estableciendo una estrategia sólida y coherente con la situación de su empresa.
Recopilaremos información de la situación empresarial y la analizaremos, fijaremos unos objetivos, tomaremos decisiones, desarrollaremos el proyecto, marcando las tácticas de consecución y los medios para que sean efectivas y una vez lanzado, estudiaremos los resultados y optimizaremos la campaña hasta lograr los objetivos marcados.
Análisis de situación.
Recabaremos información del entorno de la empresa, tanto interno como externo, para saber cuál es el estado del negocio en el mercado y la compararemos con las del mismo sector.
Fijación de objetivos.
Con los datos de situación consideraremos los objetivos adecuados y alcanzables por la empresa y los concretaremos.
Determinar un público objetivo.
Dependiendo del tipo de producto concretaremos a qué consumidores irá dirigido y cuáles son sus necesidades y hábitos.
Contenido de la campaña y configuración.
La idea, la información, el diseño y los medios de comunicación que utilizaremos serán la última fase teórica de nuestro plan.
Toma de decisiones.
Reflexionamos con nuestro cliente, concretaremos y llegaremos a acuerdos finales.
Precisar los plazos de ejecución.
Las técnicas para lograr el máximo beneficio dependen de la planificación temporal con la que actuaremos para rentabilizar todo el proyecto y que no nos hagan demorar en procedimientos que retrasarían los siguientes pasos a seguir.
Desarrollo del proyecto.
La parte más amable de nuestro trabajo.
Diseñaremos, programaremos y lanzaremos al mercado un producto competitivo; extraordinario. Que cubra las necesidades del usuario y satisfaga los objetivos de nuestro cliente. Nos serviremos de todas las herramientas que nos sean útiles para lograrlo, artíticas, culturales y funcionales. Podemos promocionar la firma creando una web elegante con un contenido original, innovador, un sello personal e identificador de la marca, en definitiva; un trabajo de calidad. Reforzada por un blog en el que se pueda aportar toda la información sobre los productos que se ofrecen y en el que los clientes puedan interactuar.
Los catálogos de productos, las promociones específicas para eventos de fechas señaladas y los e-mails a clientes potenciales también es una forma muy eficaz de alcanzar los resultados propuestos.
Y tendremos muy presente desde el inicio un objetivo constante, el posicionamiento en buscadores consolidándolo con la presencia en redes sociales.
Medir resultados y optimizar.
Las métricas son fundamentales, saber el alcance de nuestra actuación, valorar y modificar estrategias nos garantizarán el éxito rotundo.
Una buena forma de conocer el comportamiento de los consumidores es sirviéndonos de Analytics, las estadísticas de nuestro gestor de correos publicitarios o de mapas de calor como SumoMe.
Basándonos en los resultados obtenidos podremos replantear estrategias o reforzar las que funcionan.
En definitiva, planificando con buenas técnicas de mercado, estando siempre actualizados en tendencias y sabiendo utilizar las herramientas necesarias, podemos lograr una labor muy provechosa para nuestro cliente.
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